TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD
El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) pertenece al grupo de los llamados trastornos del neurodesarrollo o del desarrollo neurológico. Se caracteriza por la presencia de niveles elevados de inatención, hiperactividad e impulsividad, si bien, en su diagnóstico es posible especificar la presencia del trastorno de forma combinada, con predominio de inatención o con predominio de hiperactividad/impulsividad.
Según García Pérez y Magaz Lago; Grupo ALBOR-COHS, 2007; la hiperactividad actualmente se considera como un trastorno de conducta, caracterizado básicamente por una gran dificultad de mantener la atención durante un período de tiempo razonablemente prolongado, junto a movimientos frecuentes de manos, extremidades,...La dificultad para mantener la atención en una tarea o actividad incluye tanto actividades motrices (“hacer algo”) como actividades intelectuales (“pensar o reflexionar sobre algo”). El TDAH se presenta, y puede ser detectable, durante la primera infancia, su origen tiene una fuerte base genética y es más frecuente en la población masculina (aunque algunos autores y estudios indican que se encuentra infradiagnosticado entre las niñas). Actualmente, son diagnosticados con TDAH alrededor del 5-7% de los niños en edad escolar y, aunque los síntomas se manifiestan en los primeros años, las conclusiones definitivas derivadas de una evaluación de la presencia de un TDAH no suelen emitirse con certeza hasta aproximadamente los 5-6 años de edad. Esta evaluación se realiza a través del análisis de la historia del desarrollo y de la información obtenida en entrevistas realizadas al mayor número de agentes implicados en la educación y desarrollo del niño (el propio niño/adolescente, padres/madres, maestros/as…).
Es importante valorar si las dificultades que se presentan interfieren de forma significativa en la adaptación y funcionamiento familiar, escolar y social del niño o adolescente para establecer conclusiones sobre el trastorno ya que es posible, en algunos casos, que aparezcan síntomas coincidentes con un déficit de atención e hiperactividad sin que lleguen a manifestarse como un “trastorno”. Asimismo puede presentarse inatención e hiperactividad explicada (como consecuencia) por otros factores médicos, sociales, familiares...
Aunque todos los niños con TDAH comparten las dificultades en cuanto a atención, impulsividad e hiperactividad, en cada uno se manifiesta de diferente manera y pueden presentarse además problemas de aprendizaje, sociales, de conducta… Por otro lado, el TDAH puede cursar con otros trastornos como el TEA (Trastorno del Espectro del Autismo), trastornos de conducta o del estado de ánimo y ansiedad.
En cuanto al pronóstico éste va a variar en función de la comorbilidad con otros trastornos, de la capacidad intelectual, de la intervención terapéutica y del estilo educativo familiar y escolar, entre otros. No obstante, nos podemos encontrar con adultos que fueron diagnosticados con un TDAH y actualmente disfrutan de una vida exitosa a nivel familiar, laboral y social y una adaptación plena.
GAIDE psicología.